Albergue en la Manga del Mar Menor

Arenal se concibe como un albergue respetuoso con el paisaje en La Manga del Mar Menor. Ubicándose en un espacio vacío que ha quedado entre zonas urbanizadas. El esquema de distribución en laberinto y sus ramificaciones hunde sus raices en las primeras edificaciones tradicionales del Mediterráneo que al crecer de forma orgánica iban formando la trama con forme crecía la ciudad. Por ello se hace hincapíe en la concepción de microcosmos dentro de macrocosmos.

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Espacios

El punto de partida del proyecto es el entorno, un espacio único entre dos mares separados por dunas de arena y vegetación esteparia. El desarrollo espacial se genera en capas de espacios desde los más exteriores y aislados hasta los que forman el núcleo donde confluyen las circulaciones.
Se plantea un uso hotelero para el proyecto que a su vez tenga en cuenta el paisaje y se integre en él. Es por ello que se considera el paisaje como nexo vertebrador del proyecto. Las características del emplazamiento, situado entre dos mares y con tres visualizaciones principales es la propia diversidad espacial. Es por ello que se opta por desarrollar un modelo centralizado y puntual inspirado en la arquitectura tradicional mediterránea. Este núcleo se encuentra dividido en tres capas, la capa exterior esta formada por módulos de habitación, la intermedia por los espacios servidores del hotel y el corazón por una plaza que hace las veces de ágora. Arenal se concibe como un albergue respetuoso con el paisaje en la Manga del Mar Menor

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Proyecto

El nivel exterior de módulos de habitación se organiza en tres tipos de módulos de habitación según las orientaciones de las visualizaciones. Es decir al mar Mediterráneo, éste, al mar Menor, oeste y al arenal, norte. Estas visuales justifican la trama ortogonal y la propia forma de los módulos. Conceptualmente estos módulos de habitación son espacialmente extrovertidos aunque socialmente introvertidos. En el caso del espacio servidor del hotel que forma la capa intermedia la propia orientación se vuelca hacia el núcleo del proyecto y hacia los espacios intersticiales que actúan como las calles de la ciudad islámica rompiendo visuales y generando introversión espacial y extrovesión social. Generando por tanto diversidad espacial con el fin de propiciar la interrelación personal. En el corazón del proyecto se propone un espacio exterior de patio que haga analogia del agora grecorromana. Todo el conjunto se extiende por el emplazamiento mediante caminos que enfoquen la vista del espectador y fomenten la protección y disfrute del medio ambiente. La forma en la que la arquitectura tamiza la luz permite organizar los espacios intersticiales de forma que se oriente al visitante.

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