Continuando el anterior post sobre la evolución urbanística de Murcia, nos situamos en el siglo XIX.

El siglo XIX

El siglo XIX trae la edificación del último recinto amurallado de la ciudad en 1809 y la demolición de la muralla a mediados de siglo. Con el estallido de la Guerra de la Independencia española en 1808, en la ciudad de Murcia se creó una Junta Suprema. Que pretendió extender su autoridad en todo el reino de Murcia ante la ausencia del poder real. El ya anciano conde de Floridablanca; que se encontraba retirado en Murcia, formó parte de la misma. Siendo uno de los representantes murcianos en la Junta Suprema Central que se reunió en Aranjuez y de la que fue nombrado presidente.

Con la creación de las actuales provincias en 1833 a través de la reforma liberal de Javier de Burgos, Murcia se convirtió en capital de la provincia de igual nombre. Mientras que el antiguo reino de Murcia se dividió en las provincias de Murcia y Albacete.

En el 1836, el entonces amplísimo término municipal vivió la segregación de varias pedanías: los nuevos ayuntamientos de Torre Pacheco, San Javier y San Pedro del Pinatar.​ Esto supuso que el municipio de Murcia dejara de tener salida al mar, algo que disfrutaba desde tiempos de la Reconquista. También se vivió la segregación de numerosas pedanías de la huerta. Tales como: La Alberca, Algezares, Aljucer, Beniaján, Era Alta, Espinardo, El Palmar, La Raya, Santa Cruz, Santomera y Voz-Negra. Sin embargo, éstas volvieron a formar parte del municipio a partir de 1854.

Economía en el siglo XIX

En lo concerniente a la economía, Murcia se encuentra con un estancamiento que dura hasta finales de siglo debido a la crisis de la industria sedera y a la tardía industrialización de la zona. El liberalismo trajo consigo las desamortizaciones, las cuales cambiaron totalmente la configuración urbana de la ciudad. Los monasterios mantenian manzanas enteras del centro de la ciudad aisladas de la propia ciudad y dedicandole diversos usos. Las desamortizaciones permitieron que dichas manzanas se edificasen densificando el casco antiguo de la ciudad. Por otro lado la ciudad creció hacia el sur, desarrollandose el barrio del carmen y edificandose alli la estación del tren. En 1897 comenzaron las obras del Puente Nuevo o de Hierro, que sería el segundo puente urbano sobre el río.

El siglo XX

En el siglo XX la evolución urbanística de la ciudad de Murcia sigue los avatares de la historia de España. La ciudad arranca el siglo con una bonanza económica que trae la industrialización a la región. La perdida de las últimas colonias después del desastre de 1898 tuvo como consecuencia una repatriación masiva de capitales de la liquidación de bienes de antiguos colonos, los cuales generaron un aumento de la inversión que posibilitó el desarrollo.

Las fábricas especializadas en la conserva de fruta fueron la principal industria en la zona, situándose la mayoría en la cercana Molina del Segura.  En el año 1902 fue inaugurado el Puente Nuevo o de Hierro, que comunica el barrio de San Juan con el del Carmen, creciendo la ciudad hacia el sur durante la primera mitad de siglo, a un ritmo lento. Tras la guerra civil, se edifican los nuevos barrios de Santa María de Gracia y Vistabella desarrollados en los años 40 mediante el plan de expansión y ordenación urbana, llamado Plan Blein.

La gran expansión urbana

A partir de los años 50, coincidiendo con el desarrollo económico que auspició el plan de estabilización, la trama urbana de la ciudad crece de forma explosiva. La bonanza económica sumada al éxodo rural añaden más y más habitantes a la ciudad. Situación compartida, por otra parte por la mayoría de las capitales de provincia a costa de la despoblación del medio rural. Es en esta época cuando se construyen las grandes avenidas para el tráfico rodado, incluyendo la Gran Vía que atraviesa la antigua trama islámica, lo que significó la demolición de los antiguos baños árabes.

Con el advenimiento de la democracia y tras un periodo de crisis económica durante los años 70-80, la ciudad experimentó un segundo periodo de expansión urbanística que empezó en los años 90 y acabó abruptamente con el inicio de la crisis económica de 2008. Siendo estos últimos años de gran expansión en la evolución urbanística de la ciudad de Murcia.